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La vida, ese constante devenir de experiencias, obliga a confinamientos, protocolos y merecimientos.
Aprovechar la vivencia en toda su magnitud es siempre un regalo de autoconocimiento.
Aparentemente ha llegado un otoño gris y desprovisto de apasionamiento pero, si en tu interior siempre está viva la luz y su primavera, la conexión a la Madre Tierra hará de ti un soporte de su esplendor.
Brotes tiernos,
rosas nuevas,
agua y fuego...
¡¡bienvenida "Niña Gea"!!
Como decía, la vida es un constante devenir. La cuestión es en qué empleas tu mente, tus manos y tu corazón.
Como es arriba es abajo (conexión explícita).
Como es adentro es afuera (conexión ímplicita).
Cielo y Tierra, como dos amantes perpetuos, siempre se unirán en la CREATIVIDAD.
Así es...
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