Cuando el barro manda, no deja de ser inverosímil su deseo de manifestarse en la materia, la argucia con la que se adueña de ti hasta verse acometido en un fin.
Una, que destierra todos los velos en busca de la verdad, no es amiga de caretas, antifaces o disfraces (si no es la fecha convenida para esa diversión) pero si Frida se integra en tu rutina, a veces se deja caer cómplice entre tus dedos, quiere manifestarse desde donde quiera que sea que se encuentre pero, sobre todo, quiere amoldar ese designio a su color.
Ella amaba el color...
Frida no es más que una amiga íntima de la creatividad, expandiéndose con sutileza desde donde puede hacerlo y, esta vez, eligiendo ser máscara, flor y color aunque de una apariencia inusual, como es ella.
Lo que sucede tras la cocción del barro blanco te deja a merced del infinito abanico de las posibilidades.
En un azar estudiado y devenido, el barro se ha hecho perenne después de ciertas horas soportando con estilo los 960 ºC.
Cocer es perdurar y Frida, en su afán por hacerse imperecedera, se muestra presumida al mundo, pendientes en los lóbulos y la mirada vacía allí donde, paradójicamente, se encierran todas las miradas.
Lo que sucede tras la cocción del barro blanco te deja a merced del infinito abanico de las posibilidades.
En un azar estudiado y devenido, el barro se ha hecho perenne después de ciertas horas soportando con estilo los 960 ºC.
Cocer es perdurar y Frida, en su afán por hacerse imperecedera, se muestra presumida al mundo, pendientes en los lóbulos y la mirada vacía allí donde, paradójicamente, se encierran todas las miradas.
Ella es así... dominante, sugerente y... Frida.
Recuerda... ella pinta flores para que así no mueran. Hoy, se las pone por montera.
Hola bellísima paso a saludarte, precioso tu blog, soy Esther o Carrachina soñadora , espero que en estos tiempos raros todo esté súper bien para ti. Besinos mil.
ResponderEliminarQuerida Carrachina, green fairy, el otro día pensaba en ti. ¡¡Cómo ha cambiado todo!!. Siempre nos quedarán las letras para el mayor bien común. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarTe acuerdas, madre mía, Green Fairy, ese era mi nombre y me encantada, que belleza de blog, no nos conocimos en persona y que buenísima vibración tengo todavía al sentirte. Besinos mil.
ResponderEliminarClaro que me acuerdo, no hemos perdido esa esencia, por eso... volvemos a coincidir.
ResponderEliminarVibremos alto querida hada. Besos mil.